Cuando las parejas se ponen en contacto conmigo para una sesión de embarazo, mi mente de fotógrafo empieza a funcionar. Es una etapa de gran emoción y esperanza ya que está a punto de llegar un nuevo miembro a la familia y los recuerdos son muy importantes, son momentos de cambios muy rápidos que no se repetirán de igual modo y que mediante las fotografías se recordarán con gran cariño.
Cada pareja tiene una historia y cuando Bea e Ivan me contaron la suya a medida que íbamos haciendo el reportaje fue imposible no empatizar más con ellos si cabe. Pero esta no tiene sólo dos miembros, sino que también se trajeron a Negu, un precioso y obediente bulldog francés que posó como uno más.
Fue una sesión preciosa en las faldas del Monte Gorbea, en las Pozas de Sarria, llena de amor y cariño, donde sin ninguna duda se podía ver la ilusión que tenían por conocer a Ian.
Compartir en